Hay algo sobre los productos de belleza de lujo que simplemente hacen que los queramos. Yo, en lo personal, creo que es el empaque y la experiencia de uso. Y es que, si lo pensamos bien, ver un envase de tal calidad no solo nos hace imaginar lo bonito que se va a ver en nuestro baño, sino también transmite un aura de “sí, solo un producto con un empaque así podría brindar verdaderos resultados”.
Texto por Nathalia Pavón
Fotografías de David Franco
Sin embargo, hoy en día, las miles de marcas nuevas que han surgido en el mercado nos han dejado muy claro que, un precio alto no necesariamente se traduce en efectividad y que no hay que dejarse llevar por las propiedades organolépticas (dato nerd: son las características físicas que tiene un producto según la percepción de los sentidos, como por ejemplo: textura, olor, color o temperatura). Así que, en nombre de la ciencia, me puse a probar una rutina completa de productos de lujo para determinar si vale la pena o no invertir tanto.
Voy a empezar por explicar muy brevemente en qué consistió mi experimento. Utilicé por cuatro semanas una rutina completa de los lanzamientos de lujo más hot del momento. ¿Mi hipótesis? Después de este periodo de prueba, iba a parecer de 15 de nuevo (tengo casi 30). O bueno, sin irnos tan lejos porque la verdad es que soy una persona súper traga años, el resultado mínimo que realmente esperaba era: ojeras menos pronunciadas, una piel con hidratación más equilibrada y un tono mucho más uniforme y glowy. ¿Lo conseguí? Les dejo las reseñas de cada producto que probé para que lo descubran.
Ojo: esto es 100% mi opinión. Todos tenemos organismos y cutis diferentes, por lo que lo que me funciona a mí, puede no funcionarle a alguien más y viceversa.
Este bálsamo está pensado para la doble limpieza, siendo este el primer paso. Solo agua no es suficiente para retirarlo, así que sí o sí es necesario un segundo limpiador. El empaque pesado y de vidrio, con esa tapa dorada increíble y el aroma a rosas delicioso, hacen que aplicarlo sea toda una experiencia. Retira decentemente bien el maquillaje waterproof y tiene una textura de sorbete muy original. La verdad es que si hay algo en lo que no recomendaría gastar demasiado sería justo en un limpiador. ¿Por qué? Pues porque pasa muy poco tiempo en el rostro (se enjuaga inmediatamente) y literal lo único que hace es eso, limpiar. ¿Eso le quita la belleza a éste? Claro que no, así que si tienes $2,260 pesos que te sobren, adelante.
Este suero lechoso deja en el piel una sensación sedosa, como de un primer ligero. El aroma es sutil, huele a expensive skincare. Honestamente, no podría afirmar que me hizo un efecto ‘lift’ en la cara (como declara la marca), pero deja la piel súper suave y glowy, y eso me encanta. La Prairie es conocida por utilizar el caviar como su componente estrella. Las perlas enriquecidas con este ingrediente se pueden ver a través de una pequeña ventana en el panel principal del empaque del producto, el cual, por dentro tiene dos compartimentos, uno donde vienen las perlitas y otro en el que hay una emulsión hidratante, las cuales se mezclan al extraer el contenido. Es muy probable que persona con más signos de expresión pueda ver más beneficios que yo, por lo que yo no invertiría en él, a mis late-twenties casi treintas.
Uno de mis top 3, en general amo las esencias, las lociones y todos esos pasos intermedios que te ayudan a hidratar más el rostro. Yo soy mixta, por lo que sufro de mucho desbalance de hidratación, la resequedad es una constante en las mejillas y tengo la zona ‘T’ brillante, además suelo tener enrojecimiento alrededor de la nariz. Este producto contiene un fermento obtenido del océano que ayuda a calmar la piel y a fortalecer la barrera natural. Suntuosa y ligeramente pesada, no la usaría como una esencia o tónico como indica el empaque, sino más bien como una crema hidratante. La botella está hermosa y parece salida del tocador de Marilyn Monroe. Tiene mucha fragancia, pero el hecho de que la dermis queda hidratada y sorprendentemente mate, le gana a eso. Es el producto que más me emociona ponerme todos los días.
Mis dark circles son genéticos, así que después de aceptar que siempre los tendré, he llegado a conformarme con productos que mejoren la textura general del contorno de los ojos y lo hagan verse menos opaco. Este aliado de noche es súper suntuoso y su fragancia es ligera, por lo que no me ha irritado. Más que un suero, es como una crema liviana que tarda un poco más en absorberse que un gel, lo que lo hace ideal para la noche. Tiene açaí, extractos de levadura y cafeína para revitalizar e iluminar la zona. Hidrata muy bien sin dejar sensación pegajosa y la piel está visiblemente más suave. Si sufres de cara triste y cansada como yo, tal vez es una buena opción considerar invertir en él.
Mi otro favorito, en general, soy amante de los aceites. Me hacen sentir como toda una pro del self-care cuando los uso por la noche, porque además es como una experiencia de aromaterapia. No deja la piel grasosa y le da un glow extremadamente bonito al cutis. Tan así que creo que podría quedar muy bien como un primer de base para pieles secas, o úsalo solo de noche. De hecho, es lo que la marca recomienda, ya que está fabricado utilizando una tecnología llamada chronocosmetics, que básicamente consta en diseñar cuidado de la piel que trabaja de la mano con nuestros ritmos biológicos. Combina aceite de chía, amaranto, caléndula y ácido punícico para nutrir la dermis mientras duermes.
Esta crema definitivamente no es para mi tipo de piel. Es bastante pesada e intensa y justo como yo me imaginaría una crema antiedad, para una persona con tez muy seca, que vive en un lugar muy frío o que tiene arriba de 45 años. Mi piel mixta solo la aguantó sobre las mejillas y los laterales de la frente. Procuré solo utilizarla en esas zonas una vez al día y efectivamente sí me ayudó mucho a suavizarlas. La dermis se ve menos grisácea y escamosa, dos efectos secundarios de la resequedad. Sin embargo, jamás podría sacarle el provecho que se merece el precio, aplicándola solo ahí. Tiene concentrado botánico de alfalfa, que según estudios de Chanel, es igual de efectivo que el retinol para reafirmar y suavizar. También es muy buena en las manos resecas, pero no le cuenten eso a nadie. Definitivamente, alguien con otras necesidades podría disfrutar más de esta crema que nosotros los de cutis más oleoso.
El empaque de esta crema se lleva el premio al más guapo, pesado, minimalista, diferente y completamente negro. Hasta el producto en sí es de ese tono, por lo que claro que despierta la curiosidad. Su textura es gelosa y esponjosa, como una gelatina que se derrite en las manos. A pesar de ser muy ligera, tienes que masajearla varias veces (gentilmente) para que se absorba y no queden rastros oscuros en la piel. Enriquecida con extractos de alga, deja una sensación súper fresca y no interfiere con el maquillaje, lo cual es un plus. Sí noté más luminosidad en el contorno de los ojos después de utilizarla tan solo 1 día, sin embargo, no vi mucho cambio en cuanto a las líneas de expresión ligeras que tengo en esa zona.
La mascarilla inspirada en el dry brushing corporal, sí, leíste bien. El primer paso de este ritual es utilizar una brocha redonda y plana en seco sobre el rostro, mucho más suave que el cepillo que utilizarías para esta técnica en el cuerpo, claro. La piel de la cara es mucho más delgada y delicada, por lo que siempre hay que ser cuidadosos, aunque tengo que admitir que me hubiera gustado que fuera un poco más fuerte y exfoliante. En fin, pasarte esa brocha en movimientos circulares por toda la tez es bastante reconfortante, aunque no creo que haga mucho por ti. Después va la mascarilla, la cual es como un gel espeso, casi como una arcilla negra, con pequeños gránulos para exfoliar un poco más. El ingrediente principal es el extracto de trufa, con el cual la marca promete una piel revitalizada y nutrida. La aplicas una vez por semana por 5 minutos y listo. No se seca en la dermis, por lo que siento que me atrevería a dejarla hasta por 10 minutos. El resultado es una rostro mate y fresco, listo para ser hidratado.
En conclusión, mientras no logré verme de 15 años otra vez, sí puedo decir que tuve la piel más suave y lisa que he tenido en mucho tiempo. El lujo, al final del día, es lujo porque justo no cualquiera puede acceder a él. Necesitas probar estas cremas, sobretodo si tienes más de 45 años, es una buena inversión.
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