A consecuencia del confinamiento, los museos del mundo han sido de las instituciones más golpeadas.
Texto por Kristina Velfu
La pandemia y los museos
Después de que gran parte de sus ingresos provenían del éxito en la taquilla, de un momento a otro, museos como el Museo del Louvre, El Prado, el MET de Nueva York y los Museos del Vaticano pasaron de la masificación a la soledad, o al cierre rotundo, durante varios meses.
Es evidente que en los próximos años, los números de visitantes decaerán de manera brutal, lo que requiere de nuevos modelos de negocios y una recuperación que llevará tiempo. Incluso algunos museos, menos populares y sin presupuesto gubernamental, no han podido sobreponerse. Algunos museos en Europa y en Estados Unidos han decidido vender piezas de sus colecciones para compensar sus pérdidas, acto criticado por muchos al considerar que han puesto en riesgo y desgastado el patrimonio del que son custodios. Previo al COVID-19, la venta de obras de colecciones de museos eran sólo viables para adquirir nuevas piezas, lo que significa que esta circunstancia es inédita. Fue en abril del 2020, cuando la AAMD (Asociación Estadounidense de Directores de Museos de Arte) levantó la prohibición de hacerlo y permitió la comercialización de obras de sus colecciones para intentar sobrevivir ante los desafíos del presente.
Cambio radical, de reventa de boletos a cierre total
El desolador panorama de los museos rematando sus colecciones parece imposible de creer luego de que apenas en 2019 se pasaba hasta cuatro horas de espera de pie en una fila bajo el sol, la lluvia y el frío, para poder entrar a alguno de los museos más famosos del mundo. Comprar entradas en línea con meses de anticipación y grupos menores, casi al amanecer en precios estratosféricos era una solución a tener que esperar por horas y entrar a ‘codazos’, como en hora pico del metro de la Ciudad de México. De grupos organizados que pasan a prisa entre la multitud y de la reventa, casi ninguno se salvó, especialmente en verano.
En mayo de 2019, los empleados del Museo de Louvre hicieron un paro para denunciar la aglomeración de turistas. Señalaron que La Mona Lisa, fue la causante de enormes filas y denunciaron que el número de trabajadores se redujo mientras que el número de visitantes aumentó 20%, en la última década. Esta oleada de turistas ha sido llamada por los expertos como la “masificación de los museos” que contradice la idea preconcebida de que el arte no es del gusto popular. ¿A qué se debe esta masificación? Algunos lo atribuyen a la creciente ebullición de la cultura de la imagen, pues se ha vuelto una moda mostrarse ante las obras de arte en Instagram y Facebook.

El mercado del arte
Las ferias más importantes de arte fueron canceladas durante 2020, y en 2021 muy pocas decidieron seguir adelante. Este glamour social que acompañaba al mercado del arte fue completamente anulado, la apuesta ha ido a las microesferas, la venta de arte a través de lo digital y los open studio de artistas sin intermediarios. Esto promete un cambio en las formas en las que se manejan las transacciones en el arte, que solían ser poco transparentes y se desconocía en cuánto se vendían las piezas finalmente. Los ganadores han sido las casas de subastas que ya tenían avanzados sus métodos de venta digital y ofertas en ausencia, y transparentar precios. Así se ha puesto en duda las formas tradicionales de venta de arte.
ARTÍCULO INTERVENIDO POR OBRA DE LA SERIE Reacciones de papel termocromático a líquidos y materiales de la vida diaria. Producida por Gustavo Artigas durante el confinamiento por la pandemia del COVID-19.
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